En primer lugar, la inclusión se puede definir como la flexibilización de los diferentes parámetros educativos que permite comprender la diversidad existente al aula. El término inclusión está estrechamente relacionado con el concepto de heterogeneidad. Se tiene que entender esta como una oportunidad para enriquecernos, crecer y aprender mutuamente, en lugar de percibir la diversidad como una dificultad o una problemática.

Si se pretende educar de una manera inclusiva es de vital importancia que previamente se haga un diagnóstico exhaustivo de los factores que condicionarán la tarea docente. Es decir, el contexto social, económico y cultural de los niños; así como la edad, el número, las características individuales, las necesidades educativas especiales y sus intereses y motivaciones. Así, en el momento de realizar la programación didáctica se puede partir de las necesidades del grupo para fomentar que esta esté totalmente contextualizada. Aun así, se pueden utilizar metodologías pedagógicas basadas en la cooperación, proponiendo actividades donde los alumnos tengan que intercambiar opiniones, relacionarse entre ellos, generar conocimientos de manera conjunta; factores que generarán aprendizajes significativos.

información tomada de: https://www.peretarres.org/es/conocimiento/blog/el-deporte-para-la-inclusion-social

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *