Durante el desarrollo del Diplomado en Docencia Universitaria (DDU), se abordó como uno de los ejes transversales, el Componente de Desarrollo Humano, el cual fue liderado por las profesoras Cindy Posada (Profesora externa a la UniCamacho) y Aida Luz Ocampo (profesora UniCamacho), durante los encuentros programados se trabajaron los potenciales del desarrollo humano a partir de una mirada creativa, lo que permitió que los estudiantes del DDU lograran comprender la importancia del ser y que nuestro modelo pedagógico institucional, enfatiza en ello justamente con la concepción humanista.

En uno de los encuentros que lideró la profesora Cindy Posada trabajó el momento de la adolescencia seguido del de la adultez, donde se abordaron los potenciales creativo, político y comunicativo del desarrollo; como una forma de integrar los cambios, procesos y alcances del momento de la adolescencia atravesado por la búsqueda de sí, con una mirada ante el espejo que le permite reconocerse, encontrarse consigo mismo, para luego establecer los vínculos con las decisiones vitales y con la elección de una profesión.

Igualmente, se dimensionó la experiencia estética, como medio para hacer visible las conexiones producidas en el entramado de la historia personal, en configuración con la vida en común. Asimismo, al movilizar la sensibilidad se generó una reflexión sobre el concepto del yo en relación con los otros, para ser más conscientes, donde la memoria, identidad, afectos, comunicación, creatividad e historias de vida logran identificar el lugar del ser docente en el contexto cultural, político y social.

El objetivo de la experiencia era que cada estudiante, construyera una reflexión de manera conjunta a través del arte y evidenciar cómo la memoria nos permite aprehender y conservar nuestro «patrimonio narrativo integrado por imágenes y palabras» como base para construir el futuro y transformar las huellas de un pasado en un acontecimiento creativo y participativo.

Esta experiencia de aprendizaje se construyó a partir de la elaboración del arte comunitario, en la que se abordó la representación del cuerpo como «lugar de la memoria» con la elaboración de cartografías, mapas mentales e imágenes de los afectos, ideas, decisiones, saberes y manifestaciones creativas de la adolescencia y la adultez que consideraban habían ido tejiendo significativamente su vocación e identidad como profesores(as) y han develado el lugar que habitan atreves de un mural en el cual cada uno(a) dibujo su silueta por medio de la luz sombra (se dispuso una lámpara en el suelo que proyectaba la luz hacia la pared, donde estaban los pliegos de papel pegados, este espacio se oscureció al apagar un poco las luces) los estudiantes se fueron ubicando por duplas en diferentes espacios, ubicándose en frente de los papeles y la luz marcando sus siluetas, en compañía de otro, estúdiate, dibujaron su silueta con crayolas y escribían una frase representativa.