La Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Institución Universitaria Antonio José Camacho, a través del Programa de Comunicación Social, vivió un miércoles profundamente humano, en el marco de la sexta edición del Caleidoscopio Social.
Los estudiantes recibieron a la Fundación Samaritanos de la Calle, una organización con muchos años de trabajo en la dedicación de acompañamiento y transformación de vida de los habitantes de calle en Cali.
El encuentro contó con la presencia de la profesora Beatriz Consuegra, docente del programa de comunicación social y actual directora de comunicaciones de la Fundación Samaritanos de la Calle, y don Hernán Moreno, quien fue ex habitante de calle y hoy por hoy atleta representante de la Fundación en cada carrea.
Ambos compartieron sus historias de vida, llenas de desafíos, cambios y segundas oportunidades.

Una visita que tocó corazones
Durante el conversatorio la directora y docente Beatriz Consuegra relató cómo su vida profesional dio un giro inesperado. Un día, recibió la invitación para realizar una entrevista en la Fundación Samaritanos de la Calle, ya que ese era su trabajo y fue en ese momento donde comprendió que su labor le daba una oportunidad de transformar poco a poco la sociedad.
“Al principio me impactó el entorno, porque la fundación estaba ubicada en una zona muy compleja de la ciudad”, recuerda.
En la fundación entendió más a fondo que su vocación de comunicadora social podía cambiar realidades, dejando de ser un oficio a volverse una visión. Su trabajo permitió visibilizar historias, promover campañas y acompañar procesos humanos que antes solo veía a través de cifras.
Uno de los proyectos más significativos que Beatriz Consuegra nos compartió fue la campaña de cambio de denominación del término “vago” por “habitante de calle”.
Esta iniciativa surgió en 2013, de ennoblecer a las personas que viven en las calles, reconociéndolas como sujetos de derechos. Desde la comunicación, convocó a comunicadores sociales y entidades públicas para adoptar el nuevo término. Con el tiempo, la idea se difundió y hoy es de uso oficial en las políticas públicas.
“El habitante de calle es producto de una sociedad desigual. No podemos seguir negando su humanidad”, señaló Beatriz durante el conversatorio.
Hernán Moreno: de la calle al atletismo
La historia de don Hernán Moreno sacudió a todos los asistentes por su resiliencia y fe. A sus 63 años, es un ejemplo de superación y disciplina. Contó que desde los 12 años conoció la calle, buscando el sustento para su madre y cuatro hermanos tras la ausencia de su padre. Creció entre las calles, donde muchos pierden el rumbo, pero el encontró lecciones de vida, aun rodeado de realidades duras, se quedó con lo bueno. Trabajó, y aprendió a sobrevivir. Sin embargo, tras 20 años como guarda de seguridad en una empresa, perdió su empleo y terminó nuevamente en la calle.

Fue entonces cuando tocó las puertas de la Fundación Samaritanos de la Calle. Allí encontró un espacio de escucha, apoyo y reconstrucción. Gracias a la fundación, retomó su pasión por el deporte. Hoy corre maratones de hasta 42 kilómetros, ha representado a la fundación en ciudades como Pereira, Cauca, Buenaventura, entre otras.
“El deporte me salvó. Me dio disciplina y sentido. Con la fundación recuperé mi familia, mi hogar y mis sueños”, expresó emocionado Don Hernán Moreno.
El proceso de transformación
Durante el conversatorio, los asistentes conocieron de cerca cómo funciona el proceso dentro de la fundación, entre ellas como las personas llegan en diferentes condiciones: algunos tras perder vínculos familiares, otros por problemas emocionales o consumo de sustancias.
Según lo explicado por la profesora Beatriz Consuegra, el 85% de los habitantes de calle atendidos son consumidores.
“En la actualidad, el proceso de sistematización permite tener bases de datos y seguimiento detallado. Solo en Cali, se calcula una población de más de 5.000 habitantes de calle.” Menciono Beatriz Consuegra
La comunicación como herramienta de cambio
Beatriz Consuegra destacó el papel transformador que hay dentro de la comunicación social. Para ella, informar con veracidad, crear campañas sostenidas y desarrollar proyectos sociales bien planificados puede generar cambios reales en la sociedad.
“La comunicación no solo transmite, también construye. Desde la información podemos cambiar percepciones y abrir espacios de empatía”, afirmó.
Su propia historia refleja esa transformación: dejó atrás la medicina, que fue su primera vocación y decidió dedicarse de lleno a la comunicación social.
Historias que inspiran
Durante el conversatorio, también se conoció la historia de Leidy, ex habitante de calle, vivió el impacto del consumo de sustancias, pero hoy, gracias a la fundación, ha reconstruido su vida. Vive con su perra, a quien también rescató de la calle, y trabaja en su proceso de autonomía.
Así como ella, muchos otros han logrado reducir el consumo, recuperar vínculos familiares y encontrar un propósito.

Actualmente, estudiantes como Marcyn Tatiana Angulo y Paola Patricia Palacios, de 7 semestre de comunicación social las culeas empezaron como promotores sociales y ahora son terapeutas dentro de la fundación.
Una de las moderadoras quien nos acompañó durante este conversatorio fue Marcyn Tatiana Angulo, quien nos permitió conocer un poco mas de la historia detrás de cada sonrisa y resultado.
Una lección de humanidad
El evento cerró con una reflexión colectiva. Para Beatriz, no hay que temerle a quien vive en la calle, sino entender su historia. “Cuando los miras a los ojos, descubres que hay personas con sueños, talentos y esperanzas”, comentó.
Don Hernán Moreno dejó un mensaje final a los jóvenes, “La calle no trae nada bueno. Fortalézcanse, busquen caminos correctos y sean ejemplo para sus hijos”.
El conversatorio finalizo entre aplausos, reconociendo el valor de estas historias que muestran que la comunicación puede ser un puente hacia la transformación.
Por: Rosaura Castillo Arias
Comunicación y medios (2025-2)






