A sus 19 años, Angélica María Castaño Ceballos es una joven que combina su amor por el arte con un profundo compromiso social. Reside en la ciudad de Cali junto a su madre, su hermano mayor y su compañera felina. Actualmente, se encuentra inmersa en su carrera de Trabajo Social, una elección motivada porque, a su parecer, en el ámbito cultural y/o artístico hace falta estar más involucrados con las personas.
“Falta que realmente nos involucremos con las personas con situaciones dolorosas que interpretamos, porque lo fingimos, más no lo sentimos, nos cuesta ser empáticos y valorar y respetar las individualidades de cada quién, aun cuando el arte es el idioma que se habla en todo en mundo sin importar su expresión” es así como Angélica afirma.
Sus días transcurren en pasatiempos como leer, bailar, bordar, escribir, pintar, maquillarse y como más importante pasar tiempo con sus seres queridos. Desde pequeña, su madre siempre bailó y a su vez le transmitió su pasión por la danza estando en la Asociación Cultural Terpsícore, sitio en el que tiempo después Angélica ingresaría.
Su historia está marcada por desafíos superados y logros destacados. Recuerda con humildad el momento en el que su maestra de ballet, en el Instituto Colombiano de Ballet Clásico, cuestionó sus habilidades y le pronosticó un futuro incierto en el mundo de la danza. Sin embargo, contra viento y marea, demostró su capacidad al ganar un premio en el concurso grupal “Danzando con el sol” de Anapoima, Cundinamarca, donde su equipo representaba con orgullo a Santiago de Cali.
Dentro de las clasificaciones del concurso, se destacó como la mejor bailarina general, mostrando su versatilidad y destreza en todas las presentaciones. Esta experiencia, lejos de desanimarla, fortaleció su determinación y la motivó a seguir combinando su pasión por el arte con su compromiso por entender y ayudar a quienes más lo necesitan.
Su visión en el campo, su carrera y su vida es clara: busca fomentar una conexión entre el arte y las personas, valorando y respetando a cada uno. Para ella, la empatía es lo que une estos dos términos, y su objetivo es contribuir a un mundo más comprensivo e inclusivo, ya que el arte es el idioma que se habla en todo el mundo sin importar su expresión.